Sobre

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Una historia como una casa

La sostenibilidad energética es una idea encantadora, como la paz mundial, una ingenuidad de certamen de belleza, algo que nunca va a suceder. Y vivimos en este lugar pesimista y damos por hecho que tiene que ser así. Omar Suárez, CEO de Sunthalpy, no quiere. En realidad, nunca quiso.

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A los quince años tuvo una pulsión y se reveló contra esa idea. Es de suponer que en esa época tendría también otras pulsiones más obvias, como el baloncesto (todavía juega en ligas de veteranos), pero el muchacho era particular y perseverante. Tener un objetivo marcado en la vida suele ser una ventaja. Pocos lo tienen en plena adolescencia y, los que sí, suelen estar equivocados. En realidad, Omar perseguía un sueño propiciado por una lectura de juventud, un libro de ingeniería que había heredado de su padre, una lectura particular y para perseverantes.

La idea es pura: el ser humano tiene en la naturaleza todos los recursos energéticos que necesita. Los combustibles fósiles fueron muy importantes, pero el siguiente paso en la evolución de la especie pasa por volver a lo elemental, a lo primordial. Una teoría hermosa pero, ¿tiene demostración? De hecho, la tiene.

Sunthalpy Origen es una casa, la primera casa desconectada de la red eléctrica en clima atlántico del mundo. Existe, es la casa de Omar Suárez, de su mujer y de sus hijos, la materialización de un sueño. Es donde viven, donde cualquiera podría vivir. Sunthalpy Origen recoge y almacena toda la energía que necesita. La toma del sol, pero también del aire o de la tierra. Es cálida en invierno y confortable en verano, es eficiente y autosuficiente. Es el resultado de una pulsión particular y perseverante. Es la demostración de que un futuro mejor ya está sucediendo.

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Sunthalpy en Arabia: Una prueba de fuego

Una llamada de teléfono, unos ojos como platos y un “sí, por supuesto”. Así comenzó la aventura de Sunthalpy en Arabia Saudita. A lo mejor no fue tan entretenida como las de Indiana Jones, pero sus implicaciones pueden ser igualmente fantásticas. El reto era climatizar un edificio en Arabia, pero no en cualquier lugar, en Damman durante los meses de verano las temperaturas diurnas superan constantemente los 45ºC y las nocturnas 38ºC. A eso hay que sumarle que Damman está a la orilla del mar, por lo que las humedades relativas son superiores al 80%, y las posibilidades de que el agua se pueda condensar en el interior son altísimas. Es una zona en la que es utópico vivir sin aire acondicionado. Durante la instalación era tocar la pared con la mano y retirarla al instante para no quemarse. Fue, literalmente como trabajar en una sauna, día y noche. A mayor reto, mayor la satisfacción. En estas circunstancias extremas, los sistemas de climatización radiante sunthaldress de sunthalpy consiguieron refrigerar plantas enteras del edificio hasta los 20,4ºC, empleando simplemente pequeños sistemas de deshumidificación de aire para mantener una humedad relativa interior controlada entorno al 50 y 60%. Este proyecto ha refrendado que los sistemas radiantes de baja entalpía pueden reducir la potencia y consumo eléctricos necesarios en más de un 65% respecto a los aires acondicionados, además de ofrecer una refrigeración más confortable, con temperatura uniforme en toda la superficie de la vivienda y sin los molestos ruidos y la insalubridad de los aires acondicionados. Si este encargo lo hemos recibido en un país en el que el 70% de la energía se emplea en refrigerar edificios, es que ellos mismos tienen claro cuál es la solución para el futuro. Nuestra aventura en Arabia Saudita en agosto de 2024 nos confirmó algo de lo que ya estábamos convencidos, que el sistema Sunthalpy es la solución más avanzada también para refrigerar interiores. Todo un hito. Eso sí, después de la instalación tenemos también otra cosa clara: difícilmente volveremos a sudar igual en nuestras vidas.

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